Fibra, su mejor aliado

Se define la fibra, de forma sencilla y comprensible, como la parte de la fruta, vegetales, legumbres y granos enteros de cereales que no puede digerir el sistema digestivo humano. La fibra se encuentra en las paredes de las células de origen vegetal. Está constituida por celulosa, hemicelulosa y demás glúcidos complejos (carbohidratos). Las fibras vegetales transitan a través del tubo digestivo sin ser modificadas dado que nuestro organismo carece de enzimas para poder metabolizarlas. Es así que estas logran barrer con todos los desechos formados, los cuales se eliminan a través de las heces.

La fibra al no ser asimilada por nuestro organismo, permanece en el intestino, estimulando los movimientos peristálticos, aumentando el volumen de las heces, con lo cual la evacuación diaria se ve notoriamente beneficiada. “Tanto la falta como el exceso en el consumo de fibras puede ser perjudicial para mantener un buen estado de salud”.

Las ventajas de la fibra para el organismo responden al hecho de que sea un compuesto no digerible. A través de diversos mecanismos, ha demostrado influir en los niveles de colesterol, glucosa e insulina en sangre, incrementar el volumen de las heces y promover la evacuación normal, entre otros. En general, se puede afirmar que, al animar a los ciudadanos a comer alimentos de origen vegetal ricos en fibra, se puede tener un impacto significativo en la prevención y el tratamiento de dolencias como la obesidad, la enfermedad cardiovascular, la diabetes tipo 2, el estreñimiento, e incluso, algún tipo de cáncer.

“La fibra debe formar parte de nuestra alimentación diaria, dado que beneficia el correcto funcionamiento de los intestinos. Si el consumo diario fibra vegetal es escaso o nulo, la recomendación es de incorporarla progresivamente, aumentando día a día su consumo, hasta llegar a los 25-40 gramos diarios”.

Por lo tanto, la fibra no puede ser digerida y por consiguiente metabolizada. Esto no significa que la misma no sea aprovechable, sino todo lo contrario, ya que sus efectos son varios y beneficiosos desde que es consumida hasta ser eliminada.

Estos son:

  • A nivel de la boca, la fibra estimula la salivación, ya que requiere mayor masticación.
  • En el estómago capta una alta cantidad de agua, lo cual retrasa el vaciamiento gástrico y genera así una mayor sensación de saciedad. Por eso es que en la mayoría de las dietas de adelgazamiento la fibra es muy aconsejada.
  • A nivel intestinal, favorece los movimientos intestinales, aumenta el volumen de las heces y estimula la propulsión de las mismas hacia el exterior.
  • Su importante ayuda para tratar la obesidad y otros problemas de peso.
  • Su eficacia contra la formación de cálculos biliares.
  • La mejora en el tratamiento de la diverticulosis.
  • La prevención ante la aparición de cáncer de colon y recto.
  • Su acción para prevenir y controlar la diabetes tipo 2.
  • Su eficacia contra los síntomas del síndrome de colon irritable.
  • Su acción preventiva ante la hipertensión y demás patologías cardiovasculares (arteriosclerosis, infartos, etc.)
  • Por último lo que ya hemos dicho, su potente efecto hacia una buena digestión, y tránsito intestinal.